¿Hablas "lacanés"?
¡Cómo es complejo el dialecto de los lacanianos!
Es un aparato monstruoso.
Se parece a lo que un amigo me contó cuando visitó una fábrica de automóviles:
había en una esquina una supermáquina, tremendamente voluminosa y que hacía un sonido espantoso.
Intrigado, le preguntó al guía qué pieza era producida por ese armatoste.
¿El sistema de frenado, que había ganado un premio a la seguridad ese año?
¿Los pistones, que utilizaban una nueva tecnología ecológica?
Para su sorpresa, nada de eso:
el aparato en cuestión servía para fabricar unos tornillos milimétricos que los motores de la marca requerían.
Se necesitaba tanto ruido y tanto metal para dar a los mentados tornillitos la precisión adecuada, a fin de que el motor tuviese un ajuste perfecto.
Así también es el “lacanés”.
Intrigante, ruidoso, burdo si se abusa de él…
pero en la práctica puede ayudarte a tener efectos analíticos que otras teorías y vocabularios clínicos no permiten.
A condición de aprender a aterrizar sus conceptos.