Un trauma "diferente"
¿Ya te diste cuenta que el psicoanálisis está perdiendo su lugar en el manejo del trauma?
Míralo con claridad: las terapias de moda como TCC y EMDR se están llevando a tus pacientes, presentándose como las únicas capaces de abordar el trastorno por estrés postraumático (TEPT). Mientras tanto, el psicoanálisis parece atrapado en su propio silencio, incapaz de responder a estos desafíos clínicos.
El trauma del que hablamos hoy no es el mismo del que Freud hablaba. Esto no es una simple cuestión de “reminiscencia”. Es el tipo de trauma que desgarra el cuerpo y la mente, que se siente como una amenaza constante a la existencia misma. Sus síntomas son violentos, impredecibles, y a veces, aterradores:
- Pesadillas que no dejan dormir.
- Recuerdos tan vívidos que parecen reales.
- Dolencias físicas que desafían toda explicación médica.
Y mientras esto sucede, las terapias “rápidas” y “científicas” avanzan, ganando terreno y legitimidad, mientras los psicoanalistas permanecen al margen.
Pero no es solo el campo clínico lo que está en juego.
¿Estás listo para manejar estas consultas cuando lleguen a ti?
Porque llegarán. Estos casos ya están apareciendo en consultorios y hospitales. Y la verdad es que no puedes permitirte estar desprevenido. La pandemia por COVID-19 fue solo el principio: aumentó la prevalencia del estrés postraumático de un 2% a un 53% en algunos países. Ahora, súmale guerras, desastres naturales, violencia armada, y migraciones forzadas. Este será el nuevo rostro de tu práctica.
¿Y qué sucede cuando no sabes qué hacer?
La frustración de no poder ayudar a tu paciente.
El agotamiento de escuchar relatos que te persiguen incluso después de la consulta.
El riesgo de perder tu propio equilibrio emocional, porque el trauma no solo afecta a quien lo vivió: puede contagiarte a ti también.
El futuro de tu práctica está en juego.
¿Dejarás que otros sigan ocupando el lugar que le corresponde al psicoanálisis?
¿O estarás preparado para responder con las herramientas correctas cuando el trauma toque a tu puerta?